miércoles, 16 de abril de 2008

DISPEPSIA FUNCIONAL

«LOS IBP SON, HASTA AHORA, LA TERAPIA EN DISPEPSIA

Para salir del caos que supone el abordaje de los pacientes con dispepsia funcional, Fermín Mearin, del Centro Médico Teknon, de Barcelona, propone seguir confiando en los inhibidores de la bomba de protones.

Ana Callejo Mora 04/04/2008

"La dispepsia funcional, una enfermedad de etiología no aclarada y de curso crónico, no cuenta con un tratamiento racional debido al caos que todavía existe en su abordaje", ha advertido Fermín Mearin Manrique, del Instituto de Trastornos Funcionales y Motores Digestivos del Centro Médico Teknon, de Barcelona, en el XV Simposio Internacional sobre Avances en Tratamiento de Enfermedades Digestivas que se está celebrando en Madrid.
Para salir de ese caos, Mearin ha explicado que es necesario ayudar al paciente a comprender la naturaleza de su problema, además de conocer sus síntomas, atenuar la intensidad de éstos y lograr con ello una mejora en su calidad de vida.
"Cuando observamos a un paciente con dispepsia funcional vemos que se produce un solapamiento de los subtipos de esta patología, a pesar de que la clasificación de dichos subtipos (el síndrome de distrés pospandrial y síndrome de dolor epigástrico) es bastante reciente. Por ello, este criterio de clasificación, publicado por el comité Roma III, seguramente será revisado".
Según Mearin, hay que atacar los tres mecanismos fisiopatológicos implicados: el vaciamiento gástrico enlentecido, la hipersensibilidad visceral y la acomodación gástrica alterada. "Los especialistas nos olvidamos en muchas ocasiones de fijarnos en este último".
Respecto al tratamiento de la dispepsia funcional, "la guía de práctica clínica elaborada por el grupo de trabajo español para el manejo de esta patología recomienda iniciar una terapia empírica con inhibidores de la bomba de protones (IBP), como omeprazol.
El 33 por ciento de los pacientes a los que se les adminstra este tipo de fármacos presentan una mejoría. Así, se concluye que dicho tratamiento está bien hasta que no aparezca algo mejor".
Una de las condiciones fisiopatológicas de la dispepsia funcional, el retraso del vaciamiento gástrico, ha sido el objeto de la ponencia de Ángel Álvarez Sánchez, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. "El 65 por ciento de los diabéticos sufre gastroparesia. Es esencial mejorar sus síntomas y evitar las complicaciones, ya que estos pacientes pueden llegar a la deshidratación". Álvarez ha señalado que para el abordaje del retraso del vaciamiento gástrico deben establecerse tres niveles terapéuticos.
"En primer lugar, se introducen modificaciones dietéticas. Es importante reducir las fibras no digeribles y las grasas. En segundo lugar, se administra algún fármaco del grupo de los procinéticos, cuyo efecto se basa en el bloqueo de los receptores D2 de la dopamina en el tracto gastrointestinal. Un ejemplo es la metoclopramida, el único medicamento de este tipo aprobado por la FDA. El problema es que sus efectos secundarios son frecuentes y se produce una pérdida de eficacia a largo plazo. El tercer nivel terapéutico se basa en el tratamiento endoscópico, la estimulación eléctrica gástrica y la cirugía".
En la actualidad, se están desarrollando agentes con capacidad agonista de la motilina. "Los primeros resultados indican un mayor beneficio, especialmente en pacientes con retraso mantenido del vaciamiento gástrico o gastroparesia grave". »

De Diario Médico.

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